Astronautas, nazis y entrevistas

Las entrevistas a escritores interesan especialmente a lectores y a aspirantes a escritores. Son como los simuladores de vuelo: permiten tener la sensación del vuelo sin arriesgarse a caer en picado. Simuladores de vuelos, ese es el título con el que Itineraria ha publicado algunas de las conversaciones con novelistas del periodista Ricardo Viel.

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En la entrevista a Javier Cercas que se puede leer en el libro, el novelista contesta: “Para mí ser escritor era como ser astronauta, algo imposible”.

He pensado mucho en esta frase ahora que hace un par de meses que Una vida posible llegó a las librerías convirtiéndome en astronauta.

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Cuando busco inspiración suelo hojear en los dos tomos en los que Acantilado publicó las entrevistas míticas del The Paris Review. También leo las entrevistas que Xavi Ayén hace en La Vanguardia, algunas las publicó en La vuelta al mundo en 80 autores.

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Encontré una conexión entre las entrevistas a Rosa Montero y a Héctor Abad Faciolince: ambos confiesan tener muy mala memoria. 

Rosa Montero: “Creo que lo cuento en el libro, que tengo una memoria espeluznante y que cuando ha pasado algún tiempo -quince años, pongamos- montones de cosas que recuerdo no sé si las he vivido o imaginado o las he escrito o las he soñado por la noche. Para mí, tienen la misma veracidad”

Héctor Abad Faciolince: “Gmail es mi memoria. Escribo palabras en el search de Gmail: entrevistas, Madrid… A veces funciona”.

Una vida posible surge de una pregunta inicial: ¿Qué cantidad de vida recordamos?

“¿Qué cantidad de vida recordamos? Seguimos adelante, dejando atrás lugares, personas y canciones. Y, sin embargo, todo ese olvido también nos constituye. La vida no está hecha a prueba del tiempo. La escritura sí, aunque no siempre logra imponerse”. Así comencé el segundo capítulo de mi libro Una vida posible.

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Un equipo de científicos dirigidos por expertos de la Universidad McGill de Montreal ha descubierto qué tipo de procesos celulares son los responsables de la formación de los recuerdos a largo plazo. Lo leo en un artículo de Sergi Alcalde en National Geographic. Resumiendo mucho, dice que el factor de iniciación eucariótico 2 (eIF2α) actúa de diferente modo según la red neuronal sea inhibidora o excitadora. Lo podéis leer completo aquí.

Leo en el Times la historia de John Wenzel quien, a punto de cumplir los cien años, ha vuelto a tener pesadillas con los días en los que pilotó un bombardero en operaciones contra los nazis en Italia, durante la Segunda Guerra Mundial. Al volver de la guerra, olvidó, pero ahora, tal vez porque sienta que el tiempo de descuento se acerca al cero definitivo, han vuelto los recuerdos. La memoria tiene estas cosas, vuelve siempre a traición.

Durante la lectura, me fijo en un autorretrato que pintó en 1945, cuando simulaba ser artista en Greenwich Village. Se retrató mirando de reojo: es la mirada a los recuerdos.

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Dice Héctor Abad Faciolince: “En una persona de memoria tan frágil como es la mía (escribir) es como decir: ya está, el papel lo recuerda, puedo deshacerme de eso”.

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Ya está, el papel recordará.

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