Me traje de las Highlands de Escocia la edición especial en tapa blanda de Mountains of the Mind que conmemora el 20 aniversario de la obra con la que Robert Macfarlane aterrizó en la literatura. Pero es ahora cuando leo el prólogo que escribió para esta edición porque durante el viaje leí Fortuna. Y ahora ambos libros se me mezclan.
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Hoy escribo en la newsletter de Viajes National Geographic sobre una de las cosas que hice en Escocia: buscar a Nessie.
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Sí, Fortuna da cuenta de las vidas de los protagonistas Andrew y Mildred Bevel, o lo que es lo mismo, desvela las intimidades del capitalismo clásico de la década de los 20 del siglo pasado. Pero además, en el tercero de los estratos literarios que Hernán Díaz superpone como construcción narrativa, conocemos a Ida Partenza y somos testigos de cómo esta -apenas una secretaria en ese momento, aún no la autora consagrada que es- ayuda a escribir a Andrew Bevel sus memorias, de cómo se apropia en la Biblioteca Pública de Nueva York de los textos y recursos necesarios para dar forma a la voz de Bevel: “los libros se empezaron a fusionar entre sí”, escribe.
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¿Cuántos libros hacen falta para construir otro libro?, esa es la pregunta que me hice cuando estaba escribiendo Una vida posible.
Cuenta Robert Macfarlane veinte años después de escribir Mountains of the mind que la lectura de Artic Dreams (Barry López) le fue reveladora: “Me electrizó y transformó mi percepción de lo que podría ser la no ficción”.
¡Gracias Barry por tanto!

¿Cuántos libros hacen falta para construir otro libro?
Con motivo de la publicación en castellano de Te di ojos y miraste las tinieblas, Irene Solà escribió la Newsletter que envían cada viernes los de Anagrama. En ella revela las costuras creativas de su proyecto -según escribe Laura Fernández en una estupenda entrevista o ensayo o aproximación de la obra de Irene Solà, publicada en el Babelia del 2 de septiembre, esta nunca habla de novela, sino de proyecto para denotar el proceso creativo y orgánico de sus escrituras-.
“Son muchos autores y libros que me han acompañado en este proceso, pero si tengo que nombrar tres cuya constante presencia me ha hecho, como diría Bernadeta, «buena compañía», serían Mrs Dalloway, de Virgina Woolf, How to Be Both, de Ali Smith, y Pedro Páramo, de Juan Rulfo”
https://platform.twitter.com/widgets.js"La palabra entendida como ente mágico capaz de invocar cualquier tipo de mundo dentro del mundo", dice @laura_fernandez de Irene Solà y, sí, por qué no, de su propia obra. ¡Menuda conjunción! pic.twitter.com/NQ5vADRJCs
— josé alejandro (@a_todaletra) September 3, 2023
Una de las mejores definiciones de apropiación en el proceso de escritura la da Hilario J. Rodríguez en su libro-pirámide Construyendo Babel (Ed. Contraseña). Atended: “Una biblioteca es, en realidad, un libro escrito de forma dispersa en las entrelíneas de otros miles de libros”.
Por cierto, gracias por la dedicatoria, Hilario.
Y así es como la apropiación genera un círculo virtuoso, o como dice Daniel Mendelsohn en Tres anillos (Ed. Seix Barral), “la creación genera más creación, de un modo tan necesario como paradójico”. Y ahí es donde estamos, en la paradoja.